Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
INKORRUPTIBLES. Misceláneas sociopolíticas

Cognición y Epistemología. Política y Sociedad, Estado, Democracia, Legitimidad, Representatividad, Equidad Social, Colonización Cultural, Informalidad y Precariedad Laborales, Cleptocracia, Neoconservadurismo, Gobiernos Neoliberales, Vulnerabilidad, Marginaciones, y Exclusión Colectivas y Masivas, Kirchnerismo Peronista, Humanidades, Sociología, Ciudadanía Plena, Descolectivización e Individualismo, Derechos Sociopolíticos, Flexibilidad ocupacional. Migraciones Laborales. Discriminaciones por Género, y Étnico-raciales, Políticas Socioeconómicas, Liberalismo neoconservador, Regímenes neoliberales de acumulación, Explotación laboral, Mercado de trabajo, Flexibilización y precariedad ocupacional, Desempleo, subocupación, subempleo, Trabajo informal...

LA DEGRADACIÓN SOCIO-OCUPACIONAL CONTEMPORÁNEA [III] - Juan Labiaguerre

...La metodología sociohistórica estimada conveniente, junto a la conceptualización simultánea de los cambios operados en el universo laboral, se fundamenta en el estudio de la configuración de dicho proceso durante un periodo adecuado para comprenderlo, mediante la percepción de la extensión temporal de tal realidad versátil [1]. Ello obedece a que en cualquier problemática social, y dentro de ella el factor trabajo, no existe una sola línea causal sino que, por el contrario, aquella refleja un “mosaico” compuesto por un conjunto de múltiples causas que siempre rodean confusamente el proceso de que se trate, por más que en el mejor de los casos puede discernirse una cierta jerarquía causal... [dada la] variedad de instancias que hayan podido influir, condicionar o determinar el fenómeno [2]. Recurrir a la perspectiva histórica conlleva el propósito explícito y claro de acceder a algún tipo de perspectiva basada en la causalidad, aunque también pretendiendo la comprensión de las acciones sociales, en la medida en que los procesos mentales, explicativos como asimismo comprensivos, devienen funcionalmente compatibles [3].

Asimismo, y en tanto complemento ineludible del enfoque histórico, un método paralelo alude al recurso comparativo, resultante de la conciencia de la diversidad: la variedad de formas y procesos, de estructuras y comportamientos sociales, tanto en el espacio como en el tiempo, lleva necesariamente a la curiosidad del estudioso, al examen simultáneo de dos o más objetos que tienen a la vez algo en común y algo diferente [4]. Tal proceder, que tiene como finalidad la construcción de tipologías, o clasificaciones, ambas encuadrables en una actitud metodológica conducente al logro de cierta “tipificación taxonómica”, representan operaciones elementales de todo procedimiento científico. En consecuencia, la especificidad de tal método, en nuestro caso referido al estudio de la esfera sociolaboral, consiste puntualmente en recurrir a la comparación sistemática de fenómenos de diferente tiempo o ámbito espacial, con el objeto de obtener una visión más rica y libre perteneciente al ámbito o época del investigador, o de articular una teoría o explicación que convenga a fenómenos que trasciendan ámbitos o épocas concretos [5] .

En referencia al proceso de degradación ocupacional, es inevitable un ejercicio intelectual comparativo, ya que los caracteres asumidos por el mismo, en nuestros días, resultan parcialmente asimilables con algunos rasgos de tal fenómeno expresados históricamente. Además, en aras de un entendimiento cabal de la cuestión, deben contrastarse distintas manifestaciones de ella en culturas, países y sociedades diferentes.

Enfrentando un enfoque científico convencional de índole positivista, adoptado desde perspectivas variables, se desarrolló un pensamiento inconforme con el mero estudio de “aquella realidad que viene dada”, que cuestionó el orden social imperante, o statu quo. Es sumamente conocida la posición marxista, durante el siglo XIX, opuesta radicalmente a distintas concepciones estáticas de la sociedad, limitadas a la simple observación de la misma, y proponiendo una perspectiva “materialista dialéctica”, o teoría tendiente al descubrimiento de las leyes reales, explicativas de los sucesivas transformaciones radicales de aquélla. De allí la vigencia de un tercer método, de carácter crítico-racional, que durante la primera mitad de la centuria siguiente fue desarrollado -entre muchas otras corrientes teóricas- por la denominada Escuela de Frankfurt, cuya postura teórica no apunta al logro de una acumulación de conocimientos por sí mismos, sino que su meta radica en la “emancipación del hombre de la esclavitud” [6].

En nuestro caso, el incremento del “saber” acerca de las distintas modalidades precarias de inserción laboral, contrastadas con otras formas históricas de vulnerabilidad ocupacional, no representa un objetivo en sí mismo, sino un medio de cuestionamiento de los regímenes que legitiman, inclusive desde el punto de vista normativo-jurídico, aquellas relaciones productivas. El análisis de los modos de uso de la fuerza de trabajo humano tiende a develar los diversos mecanismos de explotación del esfuerzo de una masa de la población mundial, dado que ellos explican muchos de los factores que generan crisis, tensiones y conflictos en el seno de las sociedades. Particularmente, en este fin de siglo, el funcionamiento del modelo de acumulación capitalista globalizado, en lo que refiere específicamente al ámbito del empleo, determina en gran medida ciertos problemas graves del presente, tales como la violencia social, las migraciones masivas, nuevos tipos de enfrentamientos étnicos, la miseria económica creciente, las hambrunas, la mortalidad infantil, etcétera.

La posibilidad y necesidad de uso del cuarto método, cuantitativo, en el análisis de la realidad social, se presenta en lo que refiere a ciertos rasgos del objeto de estudio, que lo requieren específicamente. Dado el carácter peculiar de los fenómenos y procesos propios de toda sociedad, algunos de sus aspectos resultan mensurables cuantitativamente, mientras que en otros es impracticable ese tipo de medición: el hombre y la sociedad humana presentan múltiples facetas a las que conviene el método cuantitativo: todos aquellos en que la cantidad y su incremento o decremento constituyen el objeto de la descripción o el problema que ha de ser explicado [7] . Este recurso resulta de uso imprescindible, en aras de la posibilidad de acceso al estudio de ciertos acontecimientos y problemas sociales. Es sabido que dicha metodología no presenta un correlato excluyente con la “vía empírica”, pues aquélla recurre siempre a procedimientos empiristas, mientras que lo inverso no es cierto, pues empírica es también la investigación cualitativa, en la medida en que no es puramente especulativa, sino que hace referencia a determinados hechos [8] .

Aquel análisis sociológico que demande el abordaje de indicadores, susceptibles de apreciarse cuantitativamente, deberá usar necesariamente una metodología afín, ya se trate de información surgida de fuentes diversas, que aportan datos “secundarios”, preexistentes e independientes de la investigación, o a través de la aportación de elementos informativos, muchas veces elaborados en forma ad-hoc por el mismo investigador, de carácter “primario”. A los efectos de operacionalizar las nociones sustanciales sobre el objeto de nuestro análisis, surgidas del estado de la cuestión, se analizan datos estadísticos secundarios, provenientes de fuentes tanto oficiales como privadas. En forma paralela a ese tratamiento cuantitativo, se han de tener en cuenta los resultados de diferentes estudios sobre trayectorias laborales, de personas y grupos sociales, que permitan asimismo estimar la dimensión cualitativa de los procesos tratados.

Respecto al quinto método, o cualitativo, que utiliza procedimientos tales como la entrevista, la observación participante, los estudios de casos o las historias de vida, entre otros, es preciso consignar que tanto por lo que se refiere al objeto de conocimiento como al método que le sea adecuado, cantidad y cualidad se sitúan en dos planos completamente diferentes [...], que implican modos no convergentes de enfrentar la cuestión [9]. Con relación al tema central en cuestión, los datos meramente cuantitativos, sobre todo aquellos de carácter secundario obtenidos mediante indicadores estadísticos oficiales y privados, resultan insuficientes. Ello debido a que dicha información sólo deja traslucir una parte superficial de la realidad, puesto que sus guarismos, por condicionamientos técnico-burocráticos y/o intereses políticos, esconden la manifestación en plenitud de los efectos reales del proceso de degradación ocupacional.

Teniendo en cuenta la limitación antedicha, es imprescindible recurrir al método cualitativo, mediante observaciones directas “de campo o en el terreno” -realizadas con un criterio cuasi etnográfico-, entrevistas en profundidad, recopilación de relatos de trayectorias biográficas laborales, o historias de vida, etcétera. Tales procedimientos permiten recrear situaciones fácticas concretas, a través de vivencias experimentadas por los propios actores involucrados en el fenómeno estudiado, cuyas implicaciones superan, con holgura, el marco ofrecido por resultados de encuestas, efectuadas por medio de cuestionarios, más o menos estructurados. Al respecto, Las principales hipótesis preliminares sostenidas en este estudio fueron corroboradas empíricamente, a través de investigaciones de campo, cuyas resultantes -a la vez- se cotejan, de modo comparativo, con datos y estadísticas oficiales, y aquellas otras surgidas del ámbito académico privado.

La aplicación de los métodos alternativos y heterogéneos señalados, requeridos por la investigación de la problemática social, mediante una disciplina científica que supere un tratamiento demasiado sesgado de su objeto de investigación, remite al hecho de que a la complejidad del objeto corresponde necesariamente un planteamiento epistemológico que he venido calificando de pluralismo cognitivo [lo cual] impone como correlato necesario un pluralismo metodológico que permita acceder a la concreta dimensión del objeto a la que en cada caso haya de hacerse frente [10].

En referencia al eje temático propuesto, esto es los mecanismos contemporáneos generadores de precariedad laboral y sus severos impactos sociales, las alternativas deductiva o inductiva de acercamiento a dicha problemática dependen, en gran medida, de los objetivos planteados por eventuales enfoques alternativos. Al respecto, quien emprende la vía deductiva lo hace por lo general en busca de la cuantificación, si no en términos absolutos al menos en relación a la economía convencional, pero al final el resultado es un guarismo de difícil valoración operativa. Quien emprende la vía inductiva tropieza enseguida con todo un mosaico de actividades, incluso muy diferentes entre sí, que desbordan las posibilidades de análisis sistemático, lo cual obliga a hacer una elección [11].

Diversos y múltiples análisis teóricos, sustentados relativamente en estudios empíricos, se realizaron desde hace tres décadas -sobre todo en el transcurso de la última del siglo- respecto de la temática referida a la “vulnerabilidad del trabajo”. Tanto en el orden mundial, como así también en espacios regionales y/o nacionales, los mismos reflejaron el tratamiento de dicha cuestión a través de una determinada bibliografía especializada, a partir de sendas perspectivas complementarias o divergentes.

El abordaje de este ensayo apunta al problema de las transformaciones de las relaciones de producción, y de sus derivaciones, sobre los lazos sociales de integración colectiva, coincidiendo en como contenido de la realidad social a las relaciones sociales, esto es, al conjunto de relaciones entre posiciones sociales que constituyen la estructura social [...] lo observable no consiste primordialmente en conductas, sino más bien en una retícula de posiciones y distancias sociales que en parte es estable y equilibrada y en parte está cargada de tensiones, con lo que dicha retícula está modificándose, rompiéndose y recomponiéndose constantemente [12].

Las numerosas concepciones elaboradas en torno del complejo espectro del trabajo comprenden un extenso abanico, el cual contiene desde encuadres metodológicos -centrados en dimensiones preferentemente económicas- hasta enfoques conceptuales dotados de una amplia apertura interdisciplinaria. La mixtura entre ambas posiciones permite la convergencia de la evaluación de indicadores cuantificables, expresados mediante determinadas tasas, con la utilización de criterios cuali-cuantitativos, abarcadores del conjunto de condicionamientos sociales, que giran alrededor de la actual coyuntura atravesada por la "cuestión del empleo" [13].

En consecuencia, al margen del uso imprescindible de variables económicas surgidas a partir de fuentes primarias y secundarias, la realización de investigaciones por medio de entrevistas semi-estructuradas y/o personalizadas, que remitan a relatos de trayectorias laborales de mediano alcance, enriquece sustancialmente el marco analítico. Asimismo, debido a la multiplicidad de factores involucrados en el proceso de precarización laboral, la construcción de una tipología de perfiles de inserción ocupacional, que contemple integralmente las modalidades heterogéneas adoptadas por aquel fenómeno, puede contribuir a la profundización empírica del tema.

Desde comienzos de la década de los años noventas se han utilizado distintos criterios estimativos acerca del deterioro de las condiciones socio-ocupacionales, progresivamente polifacéticos a medida que emergieron variadas formas de segmentación de la población activa, las cuales constituyen un reflejo de diversas vivencias de inestabilidad y desprotección, expresadas a través de determinadas inserciones en el mercado de trabajo.

Frente a esta realidad, representada por un universo laboral sumamente fragmentado y heterogéneo, surge la necesidad de una aproximación que reconceptualice estructuralmente de los esquemas referidos al cambio social, adecuados desde un punto de vista analítico, en términos de una "radiografía", teniendo en cuenta la presencia de un complejo morfológico que ya no puede ser contemplado en cuanto sociedad del trabajo en un sentido convencional. En este aspecto, fue propuesta la construcción teórico-metodológica de un "sistema de coordenadas con cuya ayuda se pudiera cartografiar aquellas parcelas de la realidad social que no se encuentran completamente determinadas por la esfera del trabajo y de la producción" [14].

Cabe agregar que la dinámica propia del mercado ocupacional, referida a la modalidad específica asumida por el desfase entre el proceso de creación de empleos y la disponibilidad correlativa de mano de obra, se refleja a través de un índice de desocupación -abierta u oculta- alto y persistente. Sin embargo, sobre todo durante la última década, cuando la oferta laboral excedió de manera sostenida y crónica la generación de puestos laborales a tiempo completo, ello redundó en el incremento proporcional del subempleo.

Aquí se acude a un planteamiento compuesto, en la medida en que son utilizados recursos históricos y comparativos, que servirán -a la postre- para la fijación y análisis detallado del eje temático de la problemática en cuestión. Dada la multicausalidad de la mutación abordada, se recurre también al uso necesario de otros métodos, tanto cuantitativos como cualitativos, dentro de un enfoque que cuestiona la realidad contemporánea, cristalizada en la función atribuida al trabajo, y sus consecuencias socioeconómicas y culturales.

Cabe señalar el carácter universal del fenómeno de la desigualdad entre los seres humanos, al hallarse vigente en todas las sociedades, lo cual remite a la existencia de diferencias, con dimensiones variables según los casos, de riqueza material, poder y prestigio entre sus miembros. Los distintos criterios y grados de estructuración de dicho fenómeno responden a las especificidades propias de una gran diversidad sociocultural, manifestándose a través del transcurso histórico bajo las formas de esclavitud, estamentos o clases de la sociedad industrial. Al representar la defensa de la igualdad una fuerte base normativa de la civilización contemporánea, la cuestión acerca de los límites tolerables de las situaciones desigualitarias, así como sobre las pautas correspondientes a la movilidad social, presentan una relevancia destacada [15].

El tratamiento sociológico integral respecto al trabajo humano precisa recurrir a enfoques interdisciplinarios, es decir articulados entre diversas ciencias sociales, dado que el mismo constituye un factor complejo aglutinador de múltiples circunstancias que atañen a relaciones entre personas y grupos, en definitiva configuradoras de pautas convencionales trazadas alrededor de un componente esencial de la convivencia colectiva, como lo es la actividad laboral. Por lo tanto, la comprensión de la materia en cuestión requiere el abordaje correlativo del contenido sustantivo teórico y la corroboración empírica de los indicadores polifacéticos del campo en estudio. Dicho ejercicio investigativo abarca, en forma indisolublemente ligada y de manera simultánea, tanto el tratamiento abstracto de ideas e interpretaciones elaboradas por escuelas y autores académicamente reconocidos, como el análisis de las expresiones concretas de los fenómenos, eventos o sucesos estudiados.

Una vez sentados los fundamentos antropológicos e históricos del significado social del trabajo, debieran tratarse las connotaciones e implicaciones político-económicas que conforman aspectos esenciales del área de conocimiento enfocada. Resulta imprescindible, entonces, brindar un panorama amplio sobre la sustancia y la incidencia concernientes a las instituciones representativas de los diversos segmentos sociales y al funcionamiento del “mercado”. La especificación de los rasgos inmanentes del ámbito estatal de la sociedad civil, así como aquellos pertinentes a los sectores público y privado, de modo respectivo, debe reflejarse nítidamente a través de su cristalización manifiesta en la esfera laboral.

El núcleo central del tema en cuestión demanda una consideración dual ya que, por un lado, el punto de vista macrosociológico con relación al trabajo ofrece una “explicación comprensiva” de los factores cruciales que inciden en la estructura, el dinamismo y las transformaciones del mundo ocupacional en el conjunto de una sociedad determinada. El mismo evoluciona y trasciende a partir de interacciones cooperativas o antagónicas, por medio de la colaboración y el conflicto, respondiendo a fuerzas e intereses concretos puestos en juego permanentemente, constituidos por agrupaciones, sectores, estratos o clases sociales portadores de expectativas, ora compartidas, ora divergentes.

La perspectiva precitada remite a contemplar los mecanismos de “flexibilización externa” del mercado de trabajo, teniendo en cuenta que ellos organizan de algún modo, aunque fuera como actualmente se realiza a través de procedimientos desregulatorios, jurídicos y de facto, la distribución de la población económicamente activa entre los empleos o actividades disponibles. A partir del análisis de la estructura ocupacional en términos de las relaciones sociales vigentes dentro de un contexto institucional político-económico dado, entonces, la macrosociología del trabajo concierne al marco societal dentro del cual se desarrollan las actividades laborales en su conjunto. En cuanto a las corrientes conceptuales de la sociología contemporánea del trabajo, es preciso evaluar los caracteres básicos de las sociedades industriales modernas, que comprendan la estructura ocupacional integral y la composición de la población económicamente activa. El enfoque específicamente sociológico del funcionamiento de mercado laboral conduce a dilucidar los cambios en las modalidades de organización del trabajo, partiendo de la emergencia de nuevas tecnologías que requieren la implementación de la flexibilidad productiva.

A continuación, resulta conveniente acceder a una “microsociología” del trabajo, donde se expliciten los elementos organizacionales vigentes que componen toda entidad o empresa en las que se desarrollan procesos laborales. El concepto de capital humano representa una especie de idea-fuerza actuante como bisagra, articuladora de los campos macro y micro, al estimarse que el desarrollo de los recursos humanos dentro del ente o de la firma empleadores, en un sentido enriquecedor y creativo para el conjunto del personal contratado, debería ser correlativo a una visión acorde extensible a la sociedad integralmente. Esta segunda parte, abocada al estudio de las relaciones laborales propiamente dichas, procura analizar detalladamente las instituciones que enmarcan la interacción de las organizaciones y entes representativos de los intereses de las “patronales” y de los trabajadores, respectivamente. La concepción del escenario ocupacional en tanto campo de interrelación colectiva, en este caso acotado al espacio concreto de realización de la actividad laboral, da cuenta de la dinámica localizada mediante cuyo desenvolvimiento los diferentes actores participantes del proceso despliegan sus estrategias in situ.

Interesa destacar en este segundo acercamiento teórico la configuración del sistema de relaciones de las organizaciones sindicales de los trabajadores frente a las estrategias llevadas a cabo por los entes empresariales, en los propios ámbitos laborales. El grado y cualidad de la intervención estatal representa un rol esencial en tal problemática, caracterizada por una conflictividad potencial y la eventual puesta en práctica de convenios colectivos de trabajo dentro del panorama extendido del desenvolvimiento de las denominadas “relaciones industriales” en América Latina, especialmente en la Argentina. Dentro de la esfera empresarial, el manejo de las relaciones interpersonales e intergrupales, junto a una capacitación adecuada al comportamiento verdaderamente activo de la “mano de obra utilizada”, constituyen elementos prioritarios en términos de la organización laboral de cualquier emprendimiento económico-productivo. Asimismo, en este enfoque microsociológico cobran relevancia factores referidos a los procesos de “flexibilidad interna”, tales como los recursos de la polivalencia funcional y de la especialización flexible, entre otros.

El mejoramiento de las condiciones ocupacionales coadyuva al logro de una eficacia creciente en el funcionamiento de los sistemas productivos, debido a los ahorros en los costos vinculados al aseguramiento de la integridad física del trabajador y a las predisposiciones y actitudes del personal empleado, circunstancias que hacen necesaria la asunción de estrategias planificadoras en el área de “relaciones humanas” y preventivas en términos de la disponibilidad potencial de mano de obra extra...

 


[1] Se trata de un método que apunta a aquello que Beltrán denomina <postdicción histórica>, la cual evalúa los hechos sociales, de acuerdo a plazos de distinta duración, en cuanto “ámbito preciso para hablar de los cambios experimentados” (Beltrán, M., ídem, págs. 20-21)

[2] BELTRÁN, M., ídem, pág. 21

[3] WEBER, Max, Economía y Sociedad. La necesidad del método histórico en ciencias sociales, junto a su complementariedad con otros recursos técnico-epistemológicos, puede resumirse indicando que “la Sociología trabaja con un objeto de conocimiento, la realidad social, que es esencialmente histórico: cada sociedad es única, y ha sido configurada en una trayectoria específica que da razón de ella explicando su génesis, lo que no excluye, sino impone, la abstracción y la generalización convenientes...” [Beltrán, M., ob. cit.]

[4] BELTRÁN, M., Cinco vías..., ob. cit., pág. 23. Dicha interpretación se aleja de la creencia convencional, asentada en la concepción sociológica clásica, por ejemplo durkheimiana, que pretendía parangonar su metodología con la correspondiente a las ciencias naturales <duras>. Esta visión afirmaba que “el método comparativo sustituye en las ciencias sociales al imposible o muy difícil método experimental propio de muchas de las ciencias físico-naturales... [teniendo en cuenta que] el científico social sólo muy raramente puede manipular las variables de manera directa. En tanto que, gracias al método comparativo, puede <manipular> indirectamente las variables que le interesa controlar” (Beltrán, M., ibídem)

[5] BELTRÁN, M., ídem, pág. 24

[6] HORKHEIMER, Max: Traditional and Critical Theory [citado por Beltrán. M., ob. cit., pág. 27]. En el sentido expuesto, “reclamar para la ciencia social el ejercicio de la racionalidad en la consideración de los fines sociales, es tanto como decir que uno de los métodos de la sociología ha de ser el crítico-racional (Beltrán, M., ibídem, pág. 28)

[7] BELTRÁN, M., Cinco vías..., ob. cit., pág. 33. Esta aclaración aparentemente obvia o trivial, sostiene el autor, obedece a que “si bien el problema puede ser de cantidad, quizá la explicación no tenga por qué ser cuantitativa”, tal como ocurre, por ejemplo, en el tratamiento de cuestiones de índole demográfica.

[8] BELTRÁN, M., ídem, págs. 33-34. De acuerdo a lo apuntado, conviene “reservar la utilización del término empírico para la investigación o la reflexión cuyo referente fáctico sea sumamente próximo, ya se utilice el método cuantitativo o el cualitativo. Y <no empírica>, o no inmediatamente empírica, sería aquella investigación o reflexión de corte filosófico, lógico o valorativo en que el referente teórico fuese más lejano o pre-textual”.

[9] BELTRÁN, M., Cinco vías..., ob. cit., págs. 39-40. El autor agrega que, en ese sentido, “la tecnología estadística ocupa un lugar subordinado a la tecnología lingüística, pues contar unidades es una operación posterior y lógicamente inferior a la de establecer identidades y diferencias”.

[10] BELTRÁN, M., ídem, pág. 44

[11] SANCHIS, E. y MIÑANA, J. (ed.): La otra economía. Trabajo negro y sector informal; Valencia (España), Edicions Alfons el Magnànim, 1988, pág. 11). Cabe aclarar que esta publicación concentra su perspectiva en el análisis de las ocupaciones de la economía “sumergida o subterránea”, desde el punto de vista de su ilegalidad, cuando el presente estudio refiere la condición de informalidad a un espectro ampliado.

[12] BELTRÁN, M., La realidad social, ob. cit., págs. 75-76. El autor destaca que “las posiciones sociales no son monádicas: no están sueltas, sino agrupadas en series o conjuntos, articulados a su vez entre sí en relaciones de segundo orden. Tales relaciones, ahora entre grupos, no entre posiciones sociales, implican cooperación y conflicto, alianzas y líneas de fractura, dominantes y dominados [...] son precisamente las relaciones de segundo orden [entre grupos o conjunto de posiciones sociales] las que determinan las relaciones primarias [entre posiciones sociales]”.

[13] Las ciencias sociales se ocuparon particularmente de los temas relacionados con la transformación del “mundo del trabajo”, considerando las variadas consecuencias que este fenómeno trae aparejado, en términos de cambios sustanciales en las condiciones materiales de vida, y en las formas de inscripción relacional de los individuos (y grupos) en el entramado social de las colectividades. Se han abordado ampliamente los aspectos anclados en las implicancias de la severa reducción de las fuentes de generación de empleos, en el contexto internacional, y sus drásticos efectos sobre el creciente deterioro de la situación económica de grandes masas de la población. En este sentido, fueron objeto de tratamiento destacado los procesos colaterales al incremento de la desocupación, el subempleo y la precariedad de las inserciones laborales: entre ellos, asumen notoria relevancia la acentuada distribución regresiva del ingreso y los mecanismos concomitantes de marginalidad y exclusión sociales.

[14] OFFE, Claus: La sociedad del trabajo. Problemas estructurales y perspectivas de futuro; Madrid, Alianza Editorial, 1984

[15] Kerbo, Harold R.: “Estratificación social y desigualdad. El conflicto de clases en perspectiva comparada” [Madrid, McGraw Hill, 1998]; Caps. 1 a 4.

 

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post